—Cómo quieras, realmente, no tengo muchas ganas de salir, de todos modos gracias por la oferta — sonreí.
Tan sólo subí a mi cuarto, me quedé trabada en mis propios pensamientos...
Tres meses después:
Todo ha cambiado, la manera en la que me siento es completamente distinta, la felicidad se ha encendido en mi de una manera de una manera realmente extraordinaria, Taylor se ha vuelto mi mejor amigo, todo va de maravilla. He hecho varios amigos, después de todo, la secundaria no es tan horrorosa si la miras de otro ángulo.
El despertador empezaba a sonar desesperadamente: Era hora de ir a la escuela. Hoy hacía un clima considerable, así que decidí no exagerar con mis abrigos.
En unos pocos segundos llegué a la escuela, choqué con alguien. Llevaba unos Ray Ban negros, su pelo era cómo una mezcla de rubio y castaño a la vez.
—Lo siento preciosidad — dijo el sacandose sus anteojos.
¿Preciosidad? ja ¿quien se creía este idiota? Realmente, no me gustaban los cumplidos, y cabe a recalcar que un cumplido de alguien sin siquiera conocerme es aún más irritante y estúpido. Le dediqué una mirada de pocos amigos y caminé hacia lo más profundo de la escuela, hasta que encontré a Taylor.
—Emma ¿como estás? — cuestionó.
—Bien, sólo por un pequeño inconveniente en el camino, pero ya no importa — dije yo sonriendo y a la vez mirando sus preciosos ojos azules.
Luego se acercó el mismo chico que me había chocado a mi hace unos minutos
—¡Taylor! ¿como estás bro? — dijo.
—Hola Bieber — contestó el.
—¿Ella es tu novia? — cuestionó.
—No, es sólo una amiga — contestó completamente ruborizado.
Decidí irme de allí, el ambiente se estaba tornando incómodo.
Al salir de clase había decidido ir con Tamara al skate park. Necesitaba andar por las rampas, luego tal vez iría a la biblioteca a leer unos comics, como suelo hacer en los últimos meses.
Estábamos en el skatepark y escuchamos a un chico se acercó a nosotras.
—Hola Emma — me dijo.
—Oh, hola engreído que me llamo preciosidad — contesté.
—Lamento Emma eso, por cierto mi nombre es Justin — dijo — sabes andar demasiado bien.
—¡Ah! no me digas — dije con indiferencia.
—Quería retarte a una competencia en las rampas ¿te animas? — dijo el con una mirada desafiante.
—Claro ¿por qué no? te voy a aplastar Bieber — dije sonriendo.
—Eso ya lo veremos — contestó con astucia.
El se subió a una de las rampas y yo a otra, empezamos a andar, ciertamente el era bastante bueno, él hacía bastantes saltos. Nadie lograba caerse de la tabla ni mucho menos bajar la velocidad.
—Buena jugada Jones, eres toda una perfección de skater — dijo él.
—Pues ¿gracias? tu también lo hiciste bien — dije asintiendo.
—Hasta la proxima Jones — dijo él.
—Hasta la vista Bieber — contesté.









